Los ojos se pierden en basuras con hambre:
Cadenas para los niños que ya ni lloran.
Alfabetos para orinar en las pizarras de los amos;
Mansedumbres para el intercambio de sexo fácil;
Pegamentos de aire para acallar la gula de los sin lagrimas.
Manos que deambulan en los callejones
Por los que se pierden las caricias
de las madres ausentes,
Dolor de silencios robados,
de días sin besos, de noches con sangre y refugio.
Niños que duelen desde el azul
de las primaveras de invierno inútil,
Niños que no ríen en los basurales del mundo,
Que arrastran el odio chico de la ternura imposible
Autor: Luis E. Prieto
Creo que cualquier cosa que pueda yo agregar a este poema, carece de valor
Me llego a las manos tras una breve visita a Mérida, la escritora María Luisa Lazzo, una gran amiga me obsequio un Libro de este Escritor.
Y mientras leía sus poemas, me depare con este que hace estremecer el alma, de una realidad que solemos no mirar.
No existen los niños de las calles, ellos son los huérfanos de Padres Vivos, olvidados o usados, muchas veces explotados por quienes tienen el Deber de protegerles, arropándoles sus noches. Hoy se celebra el día del niño en Venezuela. Me pregunto dónde queda los demás días del año para resarcir las heridas que hemos directa o indirectamente abierto en estos pequeños olvidados.