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domingo, 26 de abril de 2009

Soy responsable de mis actos....

Mientras conversaba con alguien especial sobre cosas de importancia de la vida. Sentí la necesidad de mirarle a los ojos y decirle lo que siempre creí de verdad y que suele ser filosofía en mi vida.
Y aunque no suelo dar consejos, pues creo que cada uno de nosotros debe hacer lo que mejor cree en su vida, ante su sentir, claudique de ese principio muy mío.

Solemos culpabilizar a los demás de que nuestros sueños no sean realidad, pero creo que no solo hacemos nuestro camino, sino también sufrimos lo que llamo el coletazo de las acciones de los que nos son muy cercanos.
Y es aquí donde creo que la vida nos enseña a distinguir una y otra situación, y si somos capaces de separar las dos y meditar la forma como enfrentarlas, creo que crecemos mas que destruirnos.

Si mis sueños personales no se realizan, apenas debo de medir que no hice de bien y volver a intentarlo, si tan solo vivo las consecuencias de las acciones de otro, debo hacer a un lado la idea de que apenas era mi sueño, mas bien creo que era el sueño de dos que no logro ser uno solo.

Creo que debemos edificarnos a nosotros mismos, reconocer nuestros fracasos que realmente no son tal, más bien los llamo intentos no logrados, y ver que no hice, para intentarlo de nuevo.
Pues no hay derrota peor en el ser humano que aquella por la que no se lucho.

He mirado cada situación difícil en mi vida, como las armas para luchar y alcanzar la cima de mi montaña personal, sin dejar de mirar la cuesta que he surcado. Pues mirar apenas la cima a donde llegar, me causaría vértigo.

Nunca suelo luchar contra la soledad, pues creo que no existe, talvez la falta de compañía pero es algo que solemos confundir.
La soledad o el instante solo, lo aprovecho para crecer, para mirar en el retrovisor de mi camino, recordar lo hermoso que he vivido, y cuan fuerte he sido ante las derrotas, pues las he sabido enfrentar.

Miro la vida desde la paleta de mis colores sin olvidar la nobleza del arco iris, y aprendo que todos somos los dueños del tiempo, los hacedores de sueños, los guerreros de la vida.
Cada uno de nosotros somos únicos y el universo espera de nosotros lo mejor.
Dejar de hacer algo solo significa que cruzamos los brazos ante nuestra misión de vida y que el universo dejo de contar con aquello que nos toco hacer.

María Lasalete Marques ®