Dios Como Padre es Sabiduría. Dios como Madre es Amor. Dios como Padre reside en el ojo de la Sabiduría que se halla situado en el entrecejo; Dios como amor se halla en el Templo-Corazón. Sabiduría y Amor son las dos columnas torales de la Gran Logia Blanca.
Amar. Cuan bello es amar. Solo las grandes Almas pueden y saben amar. El amor es ternura infinita. El amor es la vida que palpita en cada átomo como palpita en cada sol.
El amor no se puede definir porque es la Divina Madre del Mundo. Es eso que adviene a nosotros cuando realmente estamos enamorados. El amor se siente en lo hondo del corazón; es una vivencia deliciosa, un fuego que consume, un vino divinal, delirio del que lo bebe. Un simple pañuelito perfumado, una carta, una flor, promueven en el fondo del Alma tremendas inquietudes íntimas, éxtasis exóticos, voluptuosidad inefable.
Nadie ha podido jamás definir el Amor. Hay que vivenciarlo; hay que sentirlo. Solo los grandes enamorados saben realmente lo que es eso que se llama Amor. El Matrimonio Perfecto es la unión de dos seres que verdaderamente saben amar. Para que haya verdaderamente Amor se necesita que el hombre y la mujer se adoren en todos los siete grandes planos cósmicos. Para que haya Amor es necesario que exista una verdadera comunión de Almas en las tres esferas de pensamiento, sentimiento y voluntad.
Hay personas que se hallan casadas en los planos físico y etérico, pero en el astral no lo están. Otras están casadas en los planos físico, etérico y astral, pero no lo están en el plano mental: cada cual piensa a su manera, la mujer tiene una religión y el hombre otra, no están de acuerdo en lo que piensan, etc.. Existen matrimonios afines en los mundos del pensamiento y del sentimiento, pero absolutamente opuestos en el mundo de la voluntad. Esos matrimonios chocan constantemente. No son felices.
El matrimonio perfecto debe efectuarse en los siete planos de conciencia cósmica. Existen matrimonios que no llegan ni siquiera a nivel del plano astral. Entonces falla hasta la atracción sexual. Esos son verdaderos fracasos. Esa clase de matrimonio se fundamenta exclusivamente en la fórmula matrimonial.
Algunas personas están viviendo vida matrimonial en el plano físico con determinado cónyuge, y en el plano mental viven conyugalmente con otro diferente. Rara vez encontramos en la vida un matrimonio perfecto. Para que haya Amor, repetimos, se requiere que haya afinidad de pensamientos, sentimientos y voluntades.
Donde existe el cálculo aritmético no hay amor. Desgraciadamente en la vida moderna el Amor huele a cuenta de banco, a mercancías. En aquellos hogares donde sólo existen sumas y restas no puede darse el Amor. Cuando éste sale del corazón, difícilmente regresa. El amor es un niño muy esquivo. El matrimonio que se realiza sin amor, únicamente sobre bases de interés económico, es realmente un pecado, como si dijéramos, contra el Espíritu Santo. Esta clase de matrimonio fracasa inevitablemente.
Los enamorados a menudo confunden el deseo con el amor, y lo peor del caso es que se unen creyéndose enamorados. Consumado el acto sexual, satisfecha la pasión carnal, viene entonces el desencanto, queda la terrible realidad. Los enamorados deben autoanalizarse profundamente antes de casarse para ver si de verdad están enamorados. La pasión se confunde fácilmente con el Amor: El Amor y el deseo son absolutamente opuestos. Aquel que verdaderamente está enamorado es capaz de dar hasta la última gota de sangre por el ser adorado.
El Amor comienza con un relámpago de simpatía deliciosa, se substancializa con la ternura infinita y se sintetiza en suprema adoración. Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres que se adoran absolutamente. Si estás haciendo proyectos y cálculos, es porque no estás enamorado: reflexiona antes de dar el gran paso. Cuídate de la ilusión del deseo. Recuerda que la llama del deseo consume la vida y después queda solo la tremenda realidad de la muerte...... Contempla los ojos del ser amado, piérdete entre la dicha de sus pupilas, pero si quieres ser feliz, no te dejes llevar por el deseo.
No confundas, hombre enamorado, el Amor con la pasión. Autoanalízate profundamente. Es urgente saber si ella te pertenece en Espíritu. Es necesario saber si eres completamente afín con ella en los tres mundos de pensamiento, sentimiento y voluntad.
El adulterio es el resultado cruel de la falta de Amor. La mujer verdaderamente enamorada preferiría la muerte antes que el adulterio. El hombre que adultera no está enamorado. El Amor es Divino. La Bendita Diosa Madre del Mundo es precisamente eso que se llama Amor. Con el fuego del Amor, podemos transformarnos en Dioses para penetrar llenos de majestad en el anfiteatro de la Ciencia Cósmica.
Samael Aun Weor
Amar. Cuan bello es amar. Solo las grandes Almas pueden y saben amar. El amor es ternura infinita. El amor es la vida que palpita en cada átomo como palpita en cada sol.
El amor no se puede definir porque es la Divina Madre del Mundo. Es eso que adviene a nosotros cuando realmente estamos enamorados. El amor se siente en lo hondo del corazón; es una vivencia deliciosa, un fuego que consume, un vino divinal, delirio del que lo bebe. Un simple pañuelito perfumado, una carta, una flor, promueven en el fondo del Alma tremendas inquietudes íntimas, éxtasis exóticos, voluptuosidad inefable.
Nadie ha podido jamás definir el Amor. Hay que vivenciarlo; hay que sentirlo. Solo los grandes enamorados saben realmente lo que es eso que se llama Amor. El Matrimonio Perfecto es la unión de dos seres que verdaderamente saben amar. Para que haya verdaderamente Amor se necesita que el hombre y la mujer se adoren en todos los siete grandes planos cósmicos. Para que haya Amor es necesario que exista una verdadera comunión de Almas en las tres esferas de pensamiento, sentimiento y voluntad.
Hay personas que se hallan casadas en los planos físico y etérico, pero en el astral no lo están. Otras están casadas en los planos físico, etérico y astral, pero no lo están en el plano mental: cada cual piensa a su manera, la mujer tiene una religión y el hombre otra, no están de acuerdo en lo que piensan, etc.. Existen matrimonios afines en los mundos del pensamiento y del sentimiento, pero absolutamente opuestos en el mundo de la voluntad. Esos matrimonios chocan constantemente. No son felices.
El matrimonio perfecto debe efectuarse en los siete planos de conciencia cósmica. Existen matrimonios que no llegan ni siquiera a nivel del plano astral. Entonces falla hasta la atracción sexual. Esos son verdaderos fracasos. Esa clase de matrimonio se fundamenta exclusivamente en la fórmula matrimonial.
Algunas personas están viviendo vida matrimonial en el plano físico con determinado cónyuge, y en el plano mental viven conyugalmente con otro diferente. Rara vez encontramos en la vida un matrimonio perfecto. Para que haya Amor, repetimos, se requiere que haya afinidad de pensamientos, sentimientos y voluntades.
Donde existe el cálculo aritmético no hay amor. Desgraciadamente en la vida moderna el Amor huele a cuenta de banco, a mercancías. En aquellos hogares donde sólo existen sumas y restas no puede darse el Amor. Cuando éste sale del corazón, difícilmente regresa. El amor es un niño muy esquivo. El matrimonio que se realiza sin amor, únicamente sobre bases de interés económico, es realmente un pecado, como si dijéramos, contra el Espíritu Santo. Esta clase de matrimonio fracasa inevitablemente.
Los enamorados a menudo confunden el deseo con el amor, y lo peor del caso es que se unen creyéndose enamorados. Consumado el acto sexual, satisfecha la pasión carnal, viene entonces el desencanto, queda la terrible realidad. Los enamorados deben autoanalizarse profundamente antes de casarse para ver si de verdad están enamorados. La pasión se confunde fácilmente con el Amor: El Amor y el deseo son absolutamente opuestos. Aquel que verdaderamente está enamorado es capaz de dar hasta la última gota de sangre por el ser adorado.
El Amor comienza con un relámpago de simpatía deliciosa, se substancializa con la ternura infinita y se sintetiza en suprema adoración. Un matrimonio perfecto es la unión de dos seres que se adoran absolutamente. Si estás haciendo proyectos y cálculos, es porque no estás enamorado: reflexiona antes de dar el gran paso. Cuídate de la ilusión del deseo. Recuerda que la llama del deseo consume la vida y después queda solo la tremenda realidad de la muerte...... Contempla los ojos del ser amado, piérdete entre la dicha de sus pupilas, pero si quieres ser feliz, no te dejes llevar por el deseo.
No confundas, hombre enamorado, el Amor con la pasión. Autoanalízate profundamente. Es urgente saber si ella te pertenece en Espíritu. Es necesario saber si eres completamente afín con ella en los tres mundos de pensamiento, sentimiento y voluntad.
El adulterio es el resultado cruel de la falta de Amor. La mujer verdaderamente enamorada preferiría la muerte antes que el adulterio. El hombre que adultera no está enamorado. El Amor es Divino. La Bendita Diosa Madre del Mundo es precisamente eso que se llama Amor. Con el fuego del Amor, podemos transformarnos en Dioses para penetrar llenos de majestad en el anfiteatro de la Ciencia Cósmica.
Samael Aun Weor