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miércoles, 16 de marzo de 2011

El Ikebana es el arte floral japonés


Proviene de una antigua tradición que tenían los budistas chinos de hacer ofrendas florales a Buda. Fue durante el s. VI en el que los misioneros chinos que se fueron a Japón dieron a conocer este arte. A partir de entonces y hasta el s. XV el Ikebana mantuvo su condición de ofrenda divina, llegó un momento en el que perdió sus connotaciones religiosas.

Pero hasta ese momento el ikebana dio muchas vueltas. En un principio dicha acto consistía en una sencilla ofrenda floral (incluso a veces sólo se ofrendaban sólo los pétalos, como por ejemplo en la India). No fue hasta el s.X, durante el cual en Japón se empezó a embellecer un poco dicha ofrenda, y se incluyeron elementos como recipientes y demás.

El Ikebana se basa en la armonía de una simple construcción lineal y la inclusión de flores o elementos que nos puede ofrecer la propia naturaleza.

A lo largo de los siglos, han habido multitud de escuelas de Ikebana, todas ellas con sus características y sus manías.
La primera escuela fue la de Ono no Imoko, conocida como Ikebono, creada a principios del s. VII. Su creador fue un japonés que tuvo la oportunidad de ir tres veces a la corte de la China Imperial. Cuando se retiró, se convirtió en el guardián del monasterio budista Rokkaku-do, situado a las afueras de Kyoto y allí se convirtió en abad. Pasó a llamarse Semmu y se hospedó en una pequeña casa llamada ike-bo-no (casa del lago). De ahí vino el nombre de la escuela. De sus viajes a China aprendió el arte de las ofrendas florales, cosa que aprovechó para perfeccionar en su retiro y establecer unas primeras normas.

Pero a partir de él, surgieron cantidad de escuelas que tienen su propias características, simbologías y demás detalles.

Los materiales que se usan para la construcción son flores, hojas, cereales, hierbas, ramas, semillas, frutas, vegetales etc...Dichos materiales podían ser vivos, secos o artificiales. En un principio se prefería el uso de materiales del lugar, aunque dicha condición con el tiempo se fue perdiendo (propiciada en cierto modo por la apertura al mundo que protagonizó Japón a finales del s. XIX).

Otro aspecto importante dentro del ikebana es el diseño. Las partes más importantes del diseño son el color, la forma, la textura y la línea. El color y la forma vienen dadas por la propia naturaleza del elemento escogido, aunque con la creación de las escuelas modernas, dicha naturaleza podía modificarse. La textura venía determinada por la superficie de los materiales usados y la línea era expresada por la ramas que tenía dicha composición. Todos estos detalles eran imprescindible para hacer una buena obra de ikebana.

La primera escuela fue la de Ono no Imoko, conocida como Ikebono, creada a principios del s. VII. Su creador fue un japonés que tuvo la oportunidad de ir tres veces a la corte de la China Imperial. Cuando se retiró, se convirtió en el guardián del monasterio budista Rokkaku-do, situado a las afueras de Kyoto y allí se convirtió en abad. Pasó a llamarse Semmu y se hospedó en una pequeña casa llamada ike-bo-no (casa del lago). De ahí vino el nombre de la escuela. De sus viajes a China aprendió el arte de las ofrendas florales, cosa que aprovechó para perfeccionar en su retiro y establecer unas primeras normas.
Pero a partir de él, surgieron cantidad de escuelas que tienen su propias características, simbologías y demás detalles.

Los materiales que se usan para la construcción son flores, hojas, cereales, hierbas, ramas, semillas, frutas, vegetales etc...Dichos materiales podían ser vivos, secos o artificiales. En un principio se prefería el uso de materiales del lugar, aunque dicha condición con el tiempo se fue perdiendo (propiciada en cierto modo por la apertura al mundo que protagonizó Japón a finales del s. XIX).

Otro aspecto importante dentro del ikebana es el diseño. Las partes más importantes del diseño son el color, la forma, la textura y la línea. El color y la forma vienen dadas por la propia naturaleza del elemento escogido, aunque con la creación de las escuelas modernas, dicha naturaleza podía modificarse. La textura venía determinada por la superficie de los materiales usados y la línea era expresada por la ramas que tenía dicha composición. Todos estos detalles eran imprescindible para hacer una buena obra de ikebana.