-->

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Una vez más delante de mi reflejo


Creo que vuelvo a tener la necesidad imperiosa de escribir en las hojas blancas del corazón de mi amigo, muchas veces olvidado, otras tantas anhelado de su presencia. El tiempo parece haberse detenido y cada día es un despertar inmersa en una rutina asfixiante nada productiva.

He sentido un enorme aprieto en mi corazón, la ausencia de mis hijos, de mis nietos me ha estado angustiando más y mas, ese lugar donde antes me sentía segura se ha ido mermando y pocos son los lugares que conozco por no decir inexistentes, donde refugiarme y dejar que sea esa voz interior que fluya para orientar mi rumbo.

Todo parece que llego a un límite donde no hay mas camino a seguir, y siento necesidad de retorno. Hace algunos días fue el aniversario de la muerte de mi Padre, creo que hubieron heridas que no tuvieron tiempo de sanar, siento la nostalgia de sus palabras, de sus abrazos, de esas horas inmensurables oyéndole las historias repetidas.

Una vez más recomenzando mi vida que quedo desmoronada hace años.  Preciso de sentir control inmediato en cada proyecto que desearía emprender, pero el poco conocimiento que tengo me hace repensar si mi escoja es la más idónea.

Este tiempo ha sido muy angustiante, siento que mi mente se bloquea e mas que pensar en resolver situaciones, siento apenas que mi mente se llena de preguntas, ideas, dudas y que carece de respuestas inmediatas. Ya viví una vez esta sensación y realmente no fue nada alentadora. Tengo ganas de regresar a mi lugar, de donde jamás debí haber salido, la falta de la zona de confort me atormenta.

Pocas son las cosas que me están entusiasmando hacer,  y muchas son las retiradas que deseo hacer. Es fácil para muchos pensar desde su confort, cuando oigo personas que te animan a redescubrirte, veo e analizo sus vidas y creo que desde su posición es fácil, o al menos eso creo. Cuando se ha perdido todo lo que de importante teníamos en la vida,  y no hablo de posesiones, hablo de la familia, la pareja, los hijos, la autoestima, la confianza, la seguridad, la propia esencia de mujer. No nos queda mucho que redescubrirnos y el deseo de vivir se hace menos prolijo.