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jueves, 30 de abril de 2009

Honradez para nuestro tiempo...

Los humanos abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con nuestro propio ser
Lo honrado, lo real, lo genuino y auténtico, la buena fe, se enfrentan en desventaja a lo deshonesto, lo falso, lo impostado, lo ficticio.
La honradez, que expresa respeto por uno mismo y por los demás, se opone a la deshonestidad que no respeta a la persona misma ni a los demás.
Sin embargo la honradez tiñe la vida de apertura, confianza y sinceridad y expresa la disposición a vivir a la luz. Por el contrario, la deshonestidad busca la sombra, el encubrimiento, el ocultamiento... Es una disposición a vivir en la oscuridad.
¿Por qué alguien querría ser deshonesto? Es una pregunta que el satirista irlandés Jonathan Swiff expone mordazmente en “Los viajes de Gulliver”. Las criaturas con las cuales trata, eran tan racionales que la deshonestidad les resultaba casi ininteligible. Como uno de ellos le explicaba a Gulliver, “el uso del lenguaje está destinado a lograr la mutua comprensión y a recibir información sobre los hechos; si alguien dice cosas que no son se frustra esa finalidad”
La deshonestidad no tendría ningún papel en un mundo que aprentemente reverencia la realidad y donde muchos se mofan de ser criaturas plenamente racionales. Los seres humanos, sin embargo no son plenamente racionales como Swiff se regodeaba en señalar. Los humanos, a diferencia de sus personajes, abrigamos una variedad de tendencias e impulsos que no armonizan espontáneamente con la razón; pero sobre todo, nos falta comprender la conexión entre razón y corazón, entre valores y actuaciones. Los seres humanos necesitamos práctica, estudio y sobre todo reflexión permanente para convertirnos en personas íntegras y benévolas. Sin embrago desarrollamos acciones que afectan nuestras relaciones con los demás. Mentir es una fácil herramienta de ocultamiento y cuando se emplea a menudo pronto degenera en un vicio maligno.
La honradez es de suma importancia. “Odio como las puertas de la muerte al hombre que dice una cosa pero oculta otra en el corazón”, exclama el angustiado Aquiles en la Iliada de Homero Toda actividad social , toda empresa humana que requiera una acción concertada , se atasca cuando los partícipes no son francos. Es la honestidad que buscaba el profeta Jeremías “¡Recorre las calles de Jerusalén, mira en derredor y observa! Busca en las plazas y encuentra una sola persona que actúe justamente y busque la verdad”
Es la honradez que el filósofo cínico Diógenes buscaba más tarde en Atenas y Corinto, una imagen que ha resultado ser notablemente duradera: “Con vela y farol, cuando brillaba el sol, busqué hombres honestos, más no pude encontrar ninguno”.
¿Cómo se cultiva la honradez? Como se cultivan todos los VALORES HUMANOS. Es la pregunta que muchos se pueden hacer a estas alturas. Como la mayoría de las virtudes está presente en nuestra naturaleza humana, conviene desarrollarla y ejercitarla en armonía con los demás. Una persona es honrada cuando armoniza las palabras con los hechos.
Cuanto más se ejercita, más se convierte en una disposición bien apuntalada. Pero además, no sólo porque facilite las relaciones interpersonales y comunitarias, debemos valorar la honradez en sí misma. “La honestidad es mejor que toda política”, como señaló con perspicacia Kant. La verdad se debe mantener como postura ética, pues informa la clase de persona que uno es.

domingo, 26 de abril de 2009

El Amor se escribe con P



Porque para amar se debe poseer PACIENCIA
en los momentos en que el mismo amor te pone a prueba.
El verdadero amor se escribe con "P",
porque para olvidar un mal recuerdo debe de existir PERDÓN
antes que el odio entre a aquellos que se aman.
Amor se escribe con "P"...
porque para obtener lo que deseas, debes de PERSEVERAR
hasta alcanzar lo que te has propuesto.
El sincero amor se escribe con "P"...
porque la PACIENCIA, el PERDÓN y la PERSEVERANCIA
son ingredientes necesarios para que un amor perdure.
Porque amor es también.... una PALABRA dicha a tiempo...
Es el PERMITIRSE volver a confiar...
Es PERMANECER en silencio escuchando al otro...
Es esa PASIÓN, que nos llena de estrellitas los ojos al pronunciar el nombre del que amamos...
El amor se escribe con "P"...
Porque son esas PEQUEÑAS cosas que nos unen al ser amado día tras día

Soy responsable de mis actos....

Mientras conversaba con alguien especial sobre cosas de importancia de la vida. Sentí la necesidad de mirarle a los ojos y decirle lo que siempre creí de verdad y que suele ser filosofía en mi vida.
Y aunque no suelo dar consejos, pues creo que cada uno de nosotros debe hacer lo que mejor cree en su vida, ante su sentir, claudique de ese principio muy mío.

Solemos culpabilizar a los demás de que nuestros sueños no sean realidad, pero creo que no solo hacemos nuestro camino, sino también sufrimos lo que llamo el coletazo de las acciones de los que nos son muy cercanos.
Y es aquí donde creo que la vida nos enseña a distinguir una y otra situación, y si somos capaces de separar las dos y meditar la forma como enfrentarlas, creo que crecemos mas que destruirnos.

Si mis sueños personales no se realizan, apenas debo de medir que no hice de bien y volver a intentarlo, si tan solo vivo las consecuencias de las acciones de otro, debo hacer a un lado la idea de que apenas era mi sueño, mas bien creo que era el sueño de dos que no logro ser uno solo.

Creo que debemos edificarnos a nosotros mismos, reconocer nuestros fracasos que realmente no son tal, más bien los llamo intentos no logrados, y ver que no hice, para intentarlo de nuevo.
Pues no hay derrota peor en el ser humano que aquella por la que no se lucho.

He mirado cada situación difícil en mi vida, como las armas para luchar y alcanzar la cima de mi montaña personal, sin dejar de mirar la cuesta que he surcado. Pues mirar apenas la cima a donde llegar, me causaría vértigo.

Nunca suelo luchar contra la soledad, pues creo que no existe, talvez la falta de compañía pero es algo que solemos confundir.
La soledad o el instante solo, lo aprovecho para crecer, para mirar en el retrovisor de mi camino, recordar lo hermoso que he vivido, y cuan fuerte he sido ante las derrotas, pues las he sabido enfrentar.

Miro la vida desde la paleta de mis colores sin olvidar la nobleza del arco iris, y aprendo que todos somos los dueños del tiempo, los hacedores de sueños, los guerreros de la vida.
Cada uno de nosotros somos únicos y el universo espera de nosotros lo mejor.
Dejar de hacer algo solo significa que cruzamos los brazos ante nuestra misión de vida y que el universo dejo de contar con aquello que nos toco hacer.

María Lasalete Marques ®

domingo, 19 de abril de 2009

Creo que nos sentimos màs humanos....

Quando era criança
Vivi, sem saber,
Só para hoje ter
Aquela lembrança.
.
É hoje que sinto
Aquilo que fui.
Minha vida flui,
Feita do que minto.
.
Mas nesta prisão,
Livro único, leio
O sorriso alheio
De quem fui então.
Fernando Pessoa

sábado, 11 de abril de 2009

El valor de vivir...

“Si se pudiera proteger a los acantilados de las tormentas,
nunca podría admirarse la belleza de sus quebradas”
Elizabet Kübler

Muchas veces hemos sentido que la vida no vale la pena vivirla. En un caso extremo, escuché en la radio a una mujer que decía: “No quiero tener hijos, porque solo se viene a este mundo a sufrir. Y quiero ahorrarles ese sufrimiento”.
Pero… ¿Realmente la vida es así? ¿O nosotros la hacemos así?
Lo que realmente te hace sufrir, no es la vida en sí… son tus expectativas respecto a cómo debería ser el mundo o cómo debería actuar tal persona.
Por ejemplo, cuando te enojas con tu pareja porque no llegó a tiempo o no te expresa su amor como a ti te gustaría que lo hiciera.
Entonces, lo que te daña no es tu pareja… son tus pensamientos y emociones con respecto a como debería actuar tu pareja, de acuerdo a la etiqueta del hombre o mujer perfecto que tienes.
Si sufres porque la vida es cruel… es porque tienes un concepto equivocado de lo que realmente es. Crees que en la vida todo debería ser felicidad.
Imagínate que piensas que un bosque debe ser con puras rosas, ríos limpios, venados corriendo, un sol reluciente y una suave lluvia.
Pero cuando vas a uno ¡Oh sorpresa! También hay insectos, serpientes… y la lluvia ¡es un diluvio!
Imagínate sufriendo porque lo encontraste así y diciéndote “No vale la pena estar en un bosque, es horrible: serpientes, bichos ¡que horror!” ¿No tiene sentido verdad?
En el fondo sabes que así es un bosque. No como tú pensabas que era. Lo que puedes hacer, es estar alerta contra las serpientes. También, cubrirte para que la lluvia no te moje.
Y disfrutar las rosas que veas y los venados.
Simplemente aceptas la naturaleza como es y no te lamentas. Te adaptas a ella.
En la vida, es igual. Cuando la vemos como un paquete completo, en el que hay amor, muerte, instantes imborrables y fracasos dolorosos, la aceptas como es.
A partir de esa aceptación, puedes adaptarte a ella. Pregúntate que capacidad dormida en ti, necesita salir a flote cuando te enfrentes a un nuevo desafío.
Por ejemplo, yo de niño no sabía bailar salsa. La necesidad de gustarle a las niñas me hizo aprender ¡Ahora he llegado hasta dar clases de baile!
Me daba miedo hablar en público. Era muy tímido. La necesidad y las circunstancias me obligaron ha hablar en público ¡Ahora soy conferencista! Imagínate cuantas capacidades dormidas en mí, se han despertado por la necesidad.
Siempre pregúntate ¿Qué capacidades dormidas en mi tienen que salir a flote con este desafío?
El dolor y las derrotas son una gran oportunidad para replantearnos como estamos viviendo la vida. Te confieso que acostumbro caminar cerca de los bosques, lejos de la gente, cuando las tormentas de la vida hacen que se me pongan las cosas difíciles.
Anclarme dentro del ruido cotidiano cerca de la naturaleza, dándome un breve espacio para reflexionar acerca de mis desafíos actuales y replantearme nuevas metas, ha sido invaluable para mi.
Si no, ya me habría vuelto loco.
Te recomiendo que hagas lo mismo. Busca un espacio diario de reflexión.
Todos somos producto de nuestras reacciones ante los retos. Somos hermosas quebradas hechas por las tormentas de la vida.
“Un guerrero acepta su suerte, sea cual sea, y la acepta con total humildad. Se acepta a sí mismo con humildad, tal como es; no como base para lamentarse, sino como un desafío vital”
Juan Castaneda
Tus circunstancias acéptalas como son, y pregúntate “¿Qué puedo hacer al respecto?” Te sorprenderá como a mí lo sencillo que es solucionar un problema, una vez que dejes de pensar en el y te enfoques en resolverlo.
Generalmente, las mejores oportunidades de nuestra vida, vienen disfrazadas de problemas.
No importa cuales sean estos. Siempre existe una solución.
Así que ¡ha disfrutar la vida se ha dicho!
Autor: Edgar Martines